6 de febrero de 2005 (domingo)

Boogeyman se coloca en el primer puesto de la taquilla norteamericana seguida de The wedding date y Are we there yet?.(06.02.05)

13 de febrero de 2005 (domingo)

Hitch se coloca en el primer puesto de la taquilla norteamericana seguida de Boogeyman y Are we there yet?.(13.02.05)

El European Cinema Yearbook - 2004 de Media Salles, presentado en el Festival de Cine de Berl�n, destaca que los mulicines y los cines digitales se extienden por Europa.(13.02.05)

14 de febrero de 2005 (lunes)

El actor y director Fernando Fern�n G�mez, de 83 a�os, recibe en el Festival de Cine de Berl�n el Oso de Oro honor�fico por el conjunto de su carrera, aunque no puede recogerlo personalmente por encontrarse enfermo. El discurso, redactado Fern�n-G�mez y le�do por Emma Vilarasau es el siguiente:

� Se�oras y se�ores, queridos compa�eros:

El actor de teatro no cuenta con que su trabajo sea visto y apreciado en pa�ses distintos al suyo. Su arte dif�cilmente, s�lo en casos excepcionales, traspasa las fronteras. Para el actor de cine la circunstancia es totalmente distinta.

La eficacia globalizadora o mundializadora �incluso antes de estar difundidos estos t�rminos- del cine de Hollywood nos hace sentirnos disminuidos a los que trabajamos en cinematograf�as que son simplemente nacionales. Como si al faltarnos la globalizaci�n nos consider�semos incompletos.

Al comienzo de nuestra carrera profesional muchos actores pensamos ya que nunca llegaremos a ser aut�nticos actores de cine, puesto que no saldremos de nuestras fronteras. Firmamos aut�grafos en las calles de Madrid, de Barcelona, de Sevilla� Pero somos hombres y mujeres invisibles en V�a Veneto, en Champs Elys�es, en Times Square. Somos invisibles m�s all� de nuestras fronteras, aunque la suerte nos acompa�e y lleguemos a desempe�ar papeles de protagonista. Y aunque tengamos alguna cr�tica favorable. Y aunque despu�s de haber intervenido en una pel�cula se produzca el milagro de que nos soliciten para intervenir en otra.

Debemos resignarnos con la buena acogida de fronteras para dentro. Pero a veces ni a�n esta resignaci�n es posible. Por ejemplo, en el momento actual. Hace pocos d�as, la prensa espa�ola, con casi unanimidad, dedic� comentarios m�s o menos extensos a la baja calidad el cine espa�ol. �El cine espa�ol no reclama la atenci�n del p�blico porque es sencillamente malo en su conjunto�, pudo leerse en uno de los diarios de m�s circulaci�n y firmado por un escritor de renombre. Y a�ad�a: ��el cine espa�ol est� dominado por la mediocridad, la recurrencia, la vulgaridad�� En otro diario: �un cine pachanguero, rampl�n, de personajes planos y tramas archisabidas.� Otro se refiere a �cierto subg�nero de comedieta burda y descerebrada�. Otro a ��guiones que rozan el mal gusto y a veces caen en la groser�a.�

Y en cuanto a lo que m�s puede afectarme, los actores: ��los guiones simples y reiterativos y los actores, sobreactuantes patol�gicos� seg�n un escritor de familia muy distinguida. Y remacha: �Aprendan los directores a exigir a los actores que trabajen en beneficio del personaje al que representan, y no al rev�s. Y cuando lo consigan, que lo hagan con naturalidad, sin sobreactuaciones, sin engolamientos, sin impostar las voces, sin moverse como estacas.�

Al leer esto no pude evitar darme por aludido, quiz�s impulsado por la vanidad inherente al oficio de actor, y sent� que empezaba a entristecerme. Puede que alguien se pregunte a qu� viene hablar de eso ahora, cuando este actor recibe un homenaje. Precisamente por eso. Porque entonces fue cuando me lleg� la noticia de que la Berlinale, en una prueba m�s de su generosidad, hab�a decidido que un oso de oro acompa�ase a los dos ya viejecitos osos de plata, el de 1977 por El anacoreta y el del 84 por Stico. Y la llegada de esta noticia me evit� caer en una profunda depresi�n. �C�mo no estar agradecido a este festival, tan reiteradamente propicio para m�? y �c�mo, al manifestar mi agradecimiento, superar una profunda emoci�n? De antemano pido perd�n por ser excesivamente lac�nico, pero no acierto a decir m�s que: gracias, Berl�n; gracias, Berl�n; gracias, Berl�n. � (14.02.05)

Seg�n un estudio realizado por la agencia Carat, el n�mero de espectadores aument� en Espa�a un 1,7 por ciento en el a�o 2004, rompiendo con la tendencia decreciente de los dos �ltimos a�os, aunque se produjo un descenso en el n�mero de cines de un 7,8 por ciento, pero un incremento del n�mero de pantallas en un 1,5 por ciento, poniendo en evidencia el protagonismo de los multicines. Por otro lado, la encuesta concluye que el perfil de los espectadores que acuden a los cines est� compuesto por hombres de clase alta o media comprendidos entre los 25 y los 34 a�os y que poseen estudios superiores.(14.02.05)