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El mar

A�o 2000
Pa�s Espa�a
Estreno 14-04-2000
G�nero Drama
Duraci�n 111 m.
ZINEMA.COM T. original El mar
  Direcci�n Agust� Villaronga
  Int�rpretes Roger Casamajor (Andreu Ramallo)
   Bruno Bergonzini (Manuel Tur)
  Ant�nia Torrens (Sor Francisca)
   �ngela Molina (Carmen Onaindia)
  Sim�n Andreu (Alc�ntara)
   Gui�n Tony Aloy
   Biel Mesquida
   Agust� Villaronga
Fotograf�a Jaume Perecaula
M�sica Javier Navarrete
Montaje Ra�l Roman
Sinopsis
Manuel Tur y Andreu Ramallo tienen diez a�os cuando la Guerra Civil llega a la isla de Mallorca. Su primer encuentro con la crueldad de la guerra se produce al ver c�mo fusilan al padre de un amigo frente a la tapia del cementerio. Transcurridos diez a�os, Manuel y Ramallo se reencuentran en un sanatorio de la isla. Ambos, hijos de la guerra y la miseria, est� afectados por la tuberculosis, si bien la afrontan con posturas diferentes: Ramallo ignorando la enfermedad y Manuel, refugi�ndose en la religi�n para evadirse de una muerte que siente pr�xima. Entre ambos se iniciar� una nueva amistada basada en la fascinaci�n de Manuel por la vitalidad de Ramallo y en la admiraci�n de �ste por la entereza de Manuel. Pero poco a poco la postura religiosa de Manuel frente al mundo, entra en crisis al darse cuenta que lo que siente por Ramallo es algo m�s que amistad.
    
Referencias
  • Est� dirigida por el mallorqu�n Agust� Villaronga, autor de Tras el cristal, El ni�o de la luna o 99.9.
     
  • Se basa en una novela de Blai Bonet.
     
  • La pel�cula iba a haber sido por la productora de los Almod�var, El Deseo, pero no se consigui� alcanzar un acuerdo definitivo.
     
  • Sus protagonistas, Bruno Bergonzini, Roger Casamajor y Antonia Torrens, debutan en el cine con esta pel�cula.
     
  • Tambi�n intervienen Sim�n Andreu (99.9) y �ngela Molina a la que no se ve�a desde que el a�o pasado se estrenara El viento se llev� lo qu�.
     
  • La pel�cula se present� en el Festival de Cine de Berl�n 2000 donde consigui� el Premio Manfred Salzgeber a la innovaci�n.
     
  • Villaronga vuelve a contar con la colaboraci�n de su director de fotograf�a habitual Jaume Perecaula.
Cr�tica
El momento de esplendor por el que atraviesa el cine espa�ol, con j�venes directores ansiosos por realizar un tipo de cine lo m�s comercial posible, contrasta con la obra de un cineasta como Agust� Villaronga. Autor de una �pera prima tan sorprendente como inquietante titulada Tras el cristal, su presencia en el panorama cinematogr�fico estatal es de las pocas que merece una especial consideraci�n. Con El mar, Villaronga adapta una novela del escritor Blai Bonet que, en m�s de un aspecto, supone un retorno a sus or�genes f�lmicos.

Las escenas iniciales, que transcurren durante la guerra civil, son un destello de la guerra interior que afectar� a los protagonistas a lo largo de su existencia. En ese momento, durante su infancia, la guerra ser� de forma indirecta la que marque sus destinos. Cuando se produce el reencuentro en un hospital para tuberculosos, aunque no resulte evidente, volver�n a desencadenarse unos sucesos pr�cticamente sim�tricos. El ambiente claustrof�bico que consigue crear en este entorno Villaronga, sin bien no logra alcanzar el grado de Tras el cristal, vuelve a poner de manifiesto una de las principales virtudes de este director.

Los tres protagonistas, magn�ficamente interpretados por los j�venes primerizos Roger Casamajor, Bruno Bergonzini, Ant�nia Torrens, lo cual resulta bastante raro en el cine espa�ol, est�n unidos por su pasado y por un inconsciente sentimiento de culpabilidad al que deben hacer frente. Dos de ellos, la monja y uno de los muchachos, sienten una atracci�n especial por el tercero, y ambos encuentran refugio en la religi�n lo que, en el caso del joven, llega a convertirse en un forma de martirizar su vida. Por lo que respecta a la monja, supuestamente el personaje m�s estable emocionalmente, su pasi�n infantil por Ramallo permanece y, al igual que entonces, volver� a ser quien, tal vez involuntariamente, desencadene los tr�gicos acontecimientos.

Menci�n especial merece la presencia de �ngela Molina interpretando a un personaje secundario que queda un tanto difuminado pero que pone de manifiesto el poco provecho que el cine actual est� sacando de esta actriz. La angustia que se apodera de la �ltima parte de la pel�cula alcanza l�mites insospechados y aglutina todos los elementos que la han promovido. El cat�rtico retorno al pozo, la proyecci�n del mar en una fat�dica pecera (atenci�n a los magn�ficos cr�ditos con los que se inicia la pel�cula) o el ritual que supone una escenificaci�n sim�trica el tr�gico comienzo de la pel�cula se suceden sin concesiones. S�lo un director como Villaronga puede escenificar el terror sin caer en el convencionalismo que se ha apoderado del g�nero.

N.A.